Concluido el enorme esfuerzo que representa el ENADE y debe reconocerse que es una importante contribución patriótica de ANEP, faltará ver si el actual gobierno toma en cuenta sus sugerencias o se hace de oídos “sordos”, con el argumento “trillado” que es del sector empresarial y que por tanto solo busca el beneficio de los empresarios
Todos los sectores han celebrado el ambiente de concertación y diálogo que ha generado elpresidente Sánchez Cerén, el cual ha despertado una nueva esperanza para el futuro del país, el cual bajo todo aspecto se mira muy complicado. Basta visitar a nuestros países vecinos del resto de Centroamérica para comprender el atraso económico y social que El Salvador ha tenido en la última década.
Sin embargo, muy loable puede ser el esfuerzo de diálogo, pero si este no es sincero, se corre el peligro de volverse un diálogo de conveniencia, el cual puede resultar muy dañino para la estabilidad que necesita nuestro país para poder construir un mejor futuro para todos los salvadoreños.
Se menciona esto porque los síntomas de que pudiéramos estar a las puertas de caer en otro diálogo de “sordos”, como ha ocurrido en los pasados gobiernos, ya se están dando. Los podemos identificar cuando los sectores que están dialogando deciden olvidarse de los planteamientos de los otros y toman medidas o posiciones en que los otros sectores no están de acuerdo.
Un claro ejemplo es la reciente aprobación de la Asamblea Legislativa de una emisión de bonos por un monto de más de mil millones de dólares, que era uno de los puntos que se estaban discutiendo en las mesas de diálogo y que en todo caso debería tener una contrapartida racional de compromiso de austeridad de parte del gobierno, para que el desequilibrio del gasto público deje de ser un problema para el mejor bienestar de todos.
Por el otro lado, es conocido por parte de todos los sectores sentados en las mesas de diálogo la imperiosa necesidad del gobierno de incrementar los ingresos del Estado en el cortísimo plazo, por lo que tampoco abona a la sinceridad del mismo el hacerse los “sordos” ante esta realidad, la cual incluso no ha sido causada por el actual gobierno, independientemente de quépartido sea y hace declaraciones de que los impuestos no pueden incrementarse, sino que la única solución para solventar las necesidades del gobierno es que se reduzcan los gastos.
Indudablemente, ambos planteamientos anteriores son atendibles y esto es lo complejo del diálogo. Es por esto que lo que se requiere ante todo es de mucho patriotismo e interés por encontrar lo que más convenga a nuestro querido país y no a los intereses particulares de cada uno. De ahí que lo importante en las mesas de diálogo es que se cambie el enfoque de lo que se está discutiendo y se vuelva este, no un enfoque de qué es lo que se necesita para solventar el déficit fiscal del gobierno, sino un enfoque de qué es lo que se necesita para que nuestro querido país pueda crecer sostenida y crecientemente.
Ya sabemos que en los próximos meses, lo que más le interesa a los partidos políticos es ganar la mayoría de diputados y alcaldes en las próximas elecciones de 2015. La nueva esperanza, para los salvadoreños, es que el presidente Sánchez Cerén sea un presidente que trascienda los intereses de su partido y en las mesas de diálogo, que él mismo ha promovido y todos celebran, siga con la lucha que ha sostenido toda su vida y tome sus decisiones no con base en qué es lo que le conviene a su gobierno y partido, sino a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, promoviendo la institucionalidad democrática bajo la cual fue elegido.