“Porque no existe una barrera que te impida
comer rico”, es el lema de la Sanguchería La Inclusiva de Ñuñoa, considerado el
restaurant más inclusivo del país. Rampas para minusválidos, cartas de menú en
braille y mozos que hablan en lengua de seña, son algunas de sus
características.
Chile está en deuda con las
minorías y la discriminación
sigue estando presente, afectando a gran parte de la población que, por ser
diferentes, reciben tratos distintos e incluso en algunos casos denigrantes.
Aquí entran inmigrantes, homosexuales y también personas con discapacidades,
quienes, por ejemplo, no cuentan con espacios públicos adaptados para
desenvolverse con normalidad.
Pero a veces, de las discriminaciones pueden nacer grandes cosas,
y como consecuencia de una mala experiencia, hay personas que deciden hacer un
cambio por su propia cuenta, demostrándole a la sociedad que es
posible hacer cosas diferentes por el bien de todos.
Una
lucha ejemplar en Chile es la de Juan Muñoz. Un joven titulado de gastronomía,
que luego de buscar trabajo en 17 lugares, y ser rechazado de todos los
puestos, decidió tomar cartas en el asunto y lanzarse con su propio restaurant.
¿La razón por la que no encontraba trabajo? Es sordo de nacimiento.
Juan
decidió hacer de su discapacidad auditiva una oportunidad, y luego de mucho
esfuerzo, el 2016 abrió las puertas de la Sanguchería
La Inclusiva en
Irarrázaval 3993 (Ñuñoa), catalogado como el primer restaurant completamente inclusivo de Chile.
Su lema es “Porque no existe una barrera que te impida comer rico”.
¿Qué
lo hace tan inclusivo? Te lo contamos a continuación.
Inclusivos
por dentro y por fuera
Juan
Muñoz quiso hacer un restaurant en el que cualquier persona con discapacidad
auditiva pudiese llegar sola y desenvolverse sin ayuda. Es por esto que su
primera idea fue la de contratar un garzón y una recepcionista que se manejaran a la
perfección con la lengua de señas.
Fue
tan buena la acogida del público, que rápidamente, junto a sus socios, Fernando
Valencia y Rodrigo Ancán, contrataron a dos garzones más. Otro que sabía lengua
de señas y otro sordo de nacimiento, para extender la inclusividad hacia
adentro y darle oportunidad a otras personas no oyentes como él.
Además,
quisieron extender su sello inclusivo para poder acoger y recibir a más
personas en situación de discapacidad, y así fue como decidieron integrar
el braille en sus cartas para
las personas no videntes; adaptar los baños y la entrada con rampas para personas en silla de ruedas, y cuentan con
un espacio exclusivo para las mascotas,
tanto para los doglovers como para quienes se desenvuelven con
animales de asistencia.
La
idea de La Inclusiva, según cuenta Muñoz,
es que sea un espacio de encuentro tanto para personas con discapacidad como para
cualquier público, donde las personas puedan familiarizarse con
la lengua de señas, aunque no sean sordos, o que puedan ver una carta en
braille, aunque no sean ciegos.
“Ha
sido una experiencia súper satisfactoria y enriquecedora, porque ha venido
gente con discapacidad y sin discapacidad. Vienen clientes de muchas partes y
llegan niños que ven a Juan como una imagen de que sí se puede o viene gente mayor
que dice¡por fin pude venir a un lugar
solo, tengo independencia!”, cuenta Valencia.
De
lunes a sábado, La Inclusiva abre sus puertas al público, y sus
platos y tablas de picoteo son innovadores y de primera calidad. Destaca la hamburguesa que lleva el nombre del restorán, y
que está preparada con una hamburguesa de res de 180 gramos, queso crema,
champiñón salteado a la mantequilla, cebolla caramelizada y lechuga
hidropónica.
Cuentan con seis sándwiches diferentes, todos acompañados de papas
fritas rústicas y exquisitas salsas a elección. Además ofrecen menús y platos
de fondo por menos de $5.000 pesos, como pollo saltado a la
peruana, chaufa de pollo, costillar de cerdo a la chilena, pulpa de cerdo
braseada con papas al romero, pescado frito con puré rústico, paella de carnes,
spaghetti a la bechamel, ensaladas varias, entre otros. Y desde hace poco cuentan
con servicio de delivery en Providencia.
Daniela, una cliente en silla de ruedas comentó que el
restorán es bueno, especialmente “para nosotros, que nos cuesta entrar a
algunos restoranes, que las puertas son súper chiquititas, o que de
repente el espacio es muy chico, o las mismas mesas que a veces
uno no cabe, queda súper atrás”.
Como
ella, cientos de personas que han asistido a La Inclusiva, han valorado el local en
Facebook con cinco estrellas, y aplauden no sólo
la increíble atención, la buena onda de los garzones, el hecho de poder asistir
de forma independiente y lo bien que se les trata; sino que además todos
destacan la calidad de la comida, la presentación de los platos y el exquisito
sabor de sus sándwiches.