Guantes para que los sordos hablen

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Para que niños y adultos con discapacidad auditiva puedan comunicarse es necesario el lenguaje de señas. La mayoría de personas no lo conoce, y por eso, estudiantes, investigadores y docentes de la Universidad de San Buenaventura (USB), sede Medellín, crearon un guante que habla por ellos.



Luego de cinco años de trabajos, recibieron en agosto la patente por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio como inventores del que podría ser el primer guante, hecho en Medellín, que interpreta la lengua de señas colombiana.
“En el último año adelantamos muchos detalles, tanto tecnológicos como estéticos. Por ejemplo, el guante ya reconoce 100 palabras y estamos en el proceso de que reconozca otras 100. Además, avanzamos en la parte de diseño, es decir, en la prenda de vestir y la tela de los guantes. Un tema que también es importante para su comercialización, que estaría a unos ocho meses”, expone Beatriz Gómez, docente investigadora que hace parte del grupo creador y quien ha estado pendiente del proceso de la patente.

Su evolución


Ahora, ya es posible ver el último prototipo, que evolucionó de un solo guante a dos, acompañados de un chaleco en el que se guardan los sensores y lleva los parlantes que transforman los movimientos en sonido.
La decisión de tener dos guantes, explica Beatriz, fue porque con ayuda de las dos manos las personas sordas pueden hacer una mejor traducción de la seña, lo que también permite al sistema dar resultados más precisos de lo que están diciendo.
“Tenemos la patente, que certifica el proceso, pero la tecnología sigue en evolución y ahora estamos trabajando en el uso de redes neuronales en los guantes para que estos aprendan nuevas palabras mientras se están usando. En el momento, la persona debe hacer muy precisa la seña para que los guantes lo reconozcan. Sin embargo, con las redes esto se haría mucho más sencillo”, dice la docente.

Los guantes usan en este momento sensores que fueron adquiridos, pero la idea es que más adelante usen los desarrollados por el mismo grupo creador, como lo indica Andrés Cárdenas, docente investigador y director del programa de Ingeniería Electrónica de la USB.

Añade que el proyecto siempre se ha visto desde dos perspectivas: una, la parte de diseño, para que los guantes tengan atractivo comercial y sean cómodos para las personas con discapacidad auditiva.
Y dos, la parte tecnológica “donde siempre estamos evaluando nuevas alternativas. Lo hemos probado desde el inicio del proyecto con el público objetivo, tanto niños como adultos, y son ellos quienes nos han dado ideas para el diseño y otros detalles de confort”, explica Andrés, el director.

Trabajo pedagógico


Al acompañar la labor tecnológica y de diseño, el guante será apoyado por un libro que tendrá un diccionario muy didáctico que permitirá el aprendizaje del lenguaje de señas de una forma más atractiva para los niños.
“En el momento hay libros muy planos, fríos que no atraen a los pequeños. El que nosotros tenemos será más agradable. Inclusive, estamos diseñando unas tarjetas para que los niños aprendan los movimientos que hay que hacer para aprender el lenguaje de señas colombiano”, manifiesta Beatriz.
A falta de ocho meses para que el guante sea comercializado, sus creadores siguen en la búsqueda de un socio estratégico para darle el último empuje a su creación.
Un invento que cerrará la brecha comunicativa y hará a Colombia un país más equitativo e incluyente.