Por primera vez en México, según el Conapred, una persona con
discapacidad obtiene el grado académico de doctor. Ésta es la historia
del joven yucateco René González.
La primera vez que discriminaron a René
González fue cuando tenía seis meses de vida y tras confirmar que era
sordo de nacimiento le dijeron a sus padres que jamás podría hablar,
escribir, leer o asistir a la escuela.
31 años después, René cuenta en entrevista con Animal Político que
oficialmente tiene el título de doctor, tras haber presentado su tesina
con el tema “Modelo de Educación bilingüe para sordos en el nivel de
Educación Medio Superior en Yucatán”.
“Yo seré doctor oficialmente. pero
después de superar muchos obstáculos en mi trayectoria académica, desde
preescolar hasta el doctorado, porque en México se hace a un lado a las
personas con discapacidad. No existe educación adecuada para personas
sordas y mi experiencia me dice que el gobierno no trabaja con las
personas con discapacidad, no las invita para que sean
ellos,—nosotros— los que con nuestra experiencia cambiemos el modelo
desde adentro”.
Él aprendió a leer los labios y después a oralizar. Su madre y su abuela —ambas maestras— no se conformaron con el diagnóstico de los médicos y así como en algún momento enseñaron a niños mayas a hablar español, dedicaron día y noche al habla de René.
Su primera palabra fue “agua” a los 9 años de edad,
cuando ya había cursado el preescolar y tres años de primaria en
escuelas regulares —en donde se comunicó con sus maestros a través de
mensajes escritos—. René continuó con sus estudios, pero en la
secundaria se agravaron los problemas de comprensión de lectura y su
familia notó que también debía mejorar en gramática, así que a los 14
años aprendió la Lengua de Señas Mexicana, “que en realidad es
mi primera lengua y la que me sirvió de puente para terminar de dominar
mi segunda lengua, que es el español”.
Este joven yucateco dice que desde que es bilingüe adquirió las herramientas para “tener alto nivel académico”,
superar obstáculos de comunicación y seguir adelante para completar una
Licenciatura en Psicología en la Universidad Marista, luego una
maestría en Ciencias de la Educación en la Universidad Anáhuac y
finalmente el doctorado, también en Ciencias de la Educación, en la
Universidad Santander.
“A mí por eso no me gusta la educación especial (para personas con discapacidad),debemos
pensar en una educación inclusiva basada en un modelo social, que los
maestros nos cuenten siempre como personas iguales y no como
discapacitados porque no importa la discapacidad, se debe recibir educación igual para garantizar que todos tengan las mismas oportunidades tanto académicas como laborales. Eso no pasa en México, en donde las personas con discapacidad necesitan ser parte del gobierno, no estar a un lado”.
A los 21 años, René obtuvo su primer
trabajo como coordinador de programas de sensibilización sobre derechos
de las personas con discapacidad en el Ayuntamiento de Mérida y desde
entonces, aboga porque sean las personas con discapacidad quienes
diseñen las políticas públicas destinadas a su propio beneficio.
“Es importante que el gobierno de
cualquier nivel cambie la perspectiva hacia la discapacidad. ¿Cómo?
Invitando a las personas con diferentes discapacidades a trabajar con
los gobiernos, se deben hacer las políticas públicas trabajando con las
personas con discapacidad porque ellos son los que tienen la experiencia
y pueden crear los proyectos para contrarrestar el tipo de
discriminación que viven”.
René dice que si las personas con
discapacidad no se encargan de la promoción de proyectos para cambiar el
modelo asistencialista hacia la discapacidad por uno incluyente, no hay
forma de que mejoren las cosas.
“Si no trabajan en conjunto (gobierno y
personas con discapacidad) todo seguirá igual porque las autoridades
piensan que las personas con discapacidad están bien sólo porque se pone
una rampa”.
Cuando René habla usa mucho las manos,
pareciera que el movimiento lo ayuda a expresarse mejor, mientras que
cuando lee los labios fija la mirada y permanece prácticamente inmóvil
hasta que finaliza su interlocutor.
“Yo soy Sordo, sordo con la primera letra en mayúscula, pero leo tus labios y puedo hablar, aprendí a hablar cuando los médicos dijeron a mis padres que jamás lo lograría”.
El pasado 18 de enero recibió el título
del doctorado pese a que muchos auguraron que no podía aprender nada,
aunque dice que no pretende ser un ejemplo por eso aunque el
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) lo reconoce
como el único mexicano con discapacidad con ese grado de estudios.
“Personas con discapacidad no han podido
superarse sólo por falta de apoyo de los padres. Mi familia es mi motor
de motivación y superación, mi familia está llena de profesionistas y
eso influye en mí. Yo siempre me quejaba, me frustré, iba a dejar la
escuela por la discriminación, pero mi mamá me decía ‘¿tú crees que ellos son más inteligente que tú o que tú puedes ser inteligente?’ y por eso seguía”.
El tono bajo de René se entrecorta,
cambia su expresión alegre y está a punto de derramar lágrimas cuando
recuerda a su abuela Catalina, quien falleció hace unas semanas.
“Ella fue una mujer guerrera, confío
mucho en mi. Mi abuelita utilizó su estrategia que usó con niños mayas
para que yo aprendiera mi segunda lengua, el español. Me enseñó que la
vida no es fácil, que la vida es para aprender a vivir y no importa la discapacidad. Yo
pude superarme de diferentes situaciones de discriminación, pese a las
barreras de comunicación y ese es el único mensaje que otras personas
con discapacidad deben llevar consigo”.
En su currículum destacan seis cuartillas
que enlistan cursos, talleres y conferencias magistrales impartidas
sobre inclusión y derechos de las personas con discapacidad, así como de
sensibilización en el tema.
Tras haber presentado su tesina de
doctorado el 18 de enero, René espera tener más herramientas para poder
continuar con “su lucha” a favor de la inclusión de las personas con
discapacidad.
“Ojala que todos podamos abrir los ojos.
Que en la sociedad confíen en nuestras capacidades y potencialidades
para trabajar por nosotros mismos, eso es lo que se necesita y hay que
trabajar para eso”.