Policía confiesa que disparó a 3 sordomudos

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EL CABO RUBéN CONDORI ALEGó QUE UN GRUPO LO GOLPEó Y LE ROBó SU BILLETERA. EL UNIFORMADO, QUE ESTABA DE CIVIL Y EBRIO, HIRIó A LOS SORDOMUDOS APUNTáNDOLES A LA CABEZA Y A LA FEMORAL


Las víctimas mortales en la plaza Corazonistas, el arma utilizada, el viceministro Jorge Pérez y familiares de los sordomudos. benjamÍn james

Sentadas en un banco de la plazuela Corazonistas, a las tres de la mañana del sábado 21 de junio, cuatro personas sordomudas bebían alcohol y, según un testigo clave de lo sucedido, un hombre pasó cerca del grupo en visible estado de ebriedad. Los sordomudos se fijaron en que al hombre se le estaba saliendo la billetera del bolsillo y uno de ellos la tomó para que no se cayera. 

El ebrio se dio la vuelta e insultándolos les exigió que le devolvieran la billetera, lo que molestó al discapacitado que tenía el objeto y se negó. De acuerdo con esta versión, el hombre se alejó hacia la Plaza Principal y varios minutos después volvió con un arma que disparó a quemarropa contra dos varones y una mujer. El cuarto sordomudo logró huir y recién apareció el lunes 23 de junio para contar todo lo que había presenciado, lamentando lo ocurrido con sus compañeros, dos de los cuales perdieron la vida y otra está internada con la mandíbula destrozada.

Investigadores hallaron en la escena del crimen una fotografía de un hombre que llevaba su nombre en el reverso. El testigo lo identificó como el autor del doble crimen que es un policía asignado al Comando de Cochabamba. Fue aprehendido el 23 de junio en la zona del estadio. 

LA OTRA VERSIÓN El policía aprehendido, al ser interrogado, admitió que él había disparado contra un grupo y alegó que lo hizo porque fue víctima de un atraco. Reconoció que estaba ebrio y que se iba a su casa cuando lo interceptaron en la plazuela Corazonistas y le robaron su billetera golpeándolo en el piso. Entonces, sacó su arma de reglamento y les disparó “para resguardar su integridad”.

El viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, llegó anoche para brindar el informe y aseguró que pese a la existencia de dos versiones opuestas sobre las circunstancias del crimen, el caso será esclarecido con transparencia. Sin embargo, acotó que el cabo Rubén Condori Cahuara, de 35 años, tiene una hoja impecable en la Policía y que una de las personas muertas a tiros podría tener antecedentes de un robo agravado con puñal y que estaría gozando de medidas sustitutivas. 

“Podría tratarse de un homónimo, vamos a confirmar esta información”, advirtió. 

A diferencia de otros casos esclarecidos, esta vez el sospechoso no fue mostrado ni en fotos a la prensa. Dijeron que era revisado por un médico forense pues había sufrido una fisura en el tabique nasal y en un diente, en la supuesta golpiza que le dieron los sordomudos cuando cruzó al frente de la plaza. 

El abogado de las víctimas, Rolando Ramos, negó la versión del policía y sostuvo que el cabo no estaba armado cuando ocurrió el incidente. “Según el testigo, él se fue y volvió después de varios minutos, creemos que fue al Comando a buscar su arma, eso implica que tuvo tiempo de pensarlo y que no fue un homicidio sino un doble asesinato”, detalló. 

Además, la autopsia de los cuerpos reveló que a quienes les disparó tenía intención de matarlos. “Un policía tiene entrenamiento para disparar a las piernas o los brazos en estos casos, pero este policía les disparó a las cabezas, lo que revela su verdadera intención”, sostuvo. 

Aldrin Vargas Paniagua, de 35 años, murió con una bala en la frente, Jorge Miguel Méndez, de 26, con dos balas, en la frente y el parietal, y Zoraida Copa Sánchez recibió dos balazos en la mandíbula y en el brazo. Está internada en el Viedma.

Por otro lado, el reglamento interno de la Policía prohíbe a sus miembros portar armas cuando están de civil. Más aún, si van a consumir bebidas alcohólicas. La comunidad de sordomudos desmintió que las víctimas fatales forman parte de una banda delincuencial como un jefe policial dijo.