La inserción laboral del colectivo de personas sordas es el fin que la asociación Arans-Bur va a dar a la subvención de 6.600 euros que el presidente de Caja Rural, Pedro García Romera, le entregó ayer en la persona de su presidenta, Inés Vivar. Y es que, como en tantos otros aspectos de la vida de este país, la crisis ha afectado de una forma muy severa también al mundo de la discapacidad auditiva. Arans-Bur, que cuenta con 124 socios, tiene un centro especial de empleo en el que trabajan diez personas con algún tipo de discapacidad y que se ocupa detrabajos de subtitulación de textos para sordos, en particular, y en la eliminación de barreras para el colectivo, con carácter general, elaborando sistemas para hacer accesibles, por ejemplo , los museos.
La asociación se creó en el año 1977 de la mano de un grupo de padres de niños sordos preocupados por su educación. Desde entonces se ocupa de promover la detección precoz de la hipoacusia, en la que trabaja con el equipo de otorrinos del Hospital
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