Se trata de "Banda Inclusiva", la cual está integrada por nueve adolescentes, siete de ellos son sordos de nacimiento. Tiene origen en Alvear y es un grupo único en el país. Actuarán en Buenos Aires.
Transformar sonidos en notas musicales cuando jamás se tuvo la posibilidad de poder escuchar podría ser considerada una misión imposible, sin embargo cuando el espíritu de superación mueve a la voluntad, no hay obstáculos que se interpongan para lograr el cometido.
Esa es la reflexión que dejan flotando a diario los jóvenes alvearenses con discapacidad auditiva de nacimiento que integran la primera y única banda de música del país de ese tipo.
Son la “Banda Inclusiva”, así se los conoce en General Alvear y en el resto de Mendoza. El ejemplo de estos siete adolescentes sordos y dos con discapacidad visual trascendió fronteras y en octubre llevarán el repertorio a Buenos Aires para compartir el escenario con León Gieco en los actos por los 20 años del INADI.
El proyecto nació en 2012 de la mano del músico alvearense Alfredo Pérez y de Susana Aguilar, quien era hasta el mes pasado (se jubiló), la directora de la escuela de sensoriales 2-048.
“Tomé una suplencia en la escuela de sensoriales y cuando me tocó darles clases de música a los chicos sordos realmente se me complicó, era una situación que nunca había enfrentado y no encontré nada en ese sentido que me permitiera basarme para dictar la clase”, comenzó el relato Alfredo Pérez.
Junto al gabinete pedagógico de la entidad comenzaron a trabajar con una técnica de estimulación que habitualmente se emplea para el aprendizaje de la lengua oral en los niños sordos.
“Empezamos con la rítmica, primero en el cuerpo y a medida que los niños iban incorporando las secuencias pasamos esos ritmos a los diferentes tonos. El trabajo se complementa con símbolos y colores para que de esa forma ‘lean’ la música”, explicó sintéticamente el músico.
Agustín Constanzo (14) es no vidente y toca el teclado, Moisés Correa (18), Julián Barrera (18), Fernanda Firmapas (16), Zida Sánchez (15), Florencia Araya (19), Aldana Rodríguez (13) y Maribel Muñoz (18) son sordos pero en sus manos la guitarra, el cajón peruano, la flauta, el palo de agua, yembe y el bombo producen música que son el deleite de cualquier oído. La voz de la banda es Verónica Valderrama (20), que también es ciega.
“Costó mucho mirar las notas y el instrumento”, dijeron los adolescentes, que apelaron a la lengua oral y también a la de señas, que traducía Paula Pugliese, para relatar sus vivencias.
Esas dificultades del comienzo fueron superadas con creces y en la actualidad están tan entusiasmados que el repertorio de 10 canciones les sabe a poco. “Queremos aprender canciones nuevas, siempre lo mismo aburre”, dijeron entre sonrisas y lo miraron a Alfredo Pérez, el director de la banda.
No hay otra banda similar en el país
Hurgando en los libros y navegando en la web para dar con el material que le permitiera pararse frente a los alumnos sordos para dictar una clase de música, el profesor Alfredo Pérez se encontró con que no hay registros de algo similar en la Argentina.
“Sí hay bandas integradas por músicos sordos pero son personas que alguna vez escucharon y por algún inconveniente perdieron la audición. Ahí es distinto porque en muchos casos hasta saben leer música. En cambio acá son chicos que jamás escucharon un sonido porque nacieron con la discapacidad. Eso valoriza aún más lo que han logrado”, dijo Pérez.
Después de concluir la suplencia en la escuela de sensoriales, el proyecto casi queda trunco.
El área de Discapacidad de la comuna alvearense lo hizo suyo, contrató a Pérez y continuaron con esa labor. Además varios de los jóvenes ya egresaron de la escuela.