Artista impacta la educación para sordos en República Dominicana

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Un huracán llamado María está revolucionando la educación a través del arte y la tecnología en Quisqueya la bella, y de paso en el mundo.


La Escuela Nacional para Sordos ha admitido como estudiante a la artista multidisciplinaria dominicana María Batlle, de 32 años, quien para su segundo performance artístico y de investigación asistirá a clases todas las mañanas junto al resto de los estudiantes.

Durante un período de 90 días, Batlle se integrará simultáneamente a los 27 grupos distintos de clases interactuando con los aproximadamente 500 estudiantes sordos que asisten diariamente a esta institución.

“No se puede impactar realmente el sistema de educación desde afuera, solamente entrando y aprendiendo, viviendo en carne propia el proceso diario, conectándonos y trabajando con los estudiantes, sus padres y sus profesores, se pueden lograr los resultados significativos que son necesarios, pero sobre todo urgentes”, explica la artista.


Para quienes siguen su trayectoria esta iniciativa ejemplar no es sorpresa.

Hace dos años, María Batlle presentó su  primer performance artístico en el que usó audífonos que bloqueaban los sonidos de su alrededor y no habló en público por 60 días, lo cual fue una manera efectiva de crear conciencia sobre la Lengua de Señas Dominicana (LESDOM) y la inclusión de las personas sordas, ya que su performance fue seleccionada y exhibido durante la Bienal Nacional de Artes Visuales celebrada en el Museo de Arte Moderno Dominicano.

Esta performance llevó el nombre del proyecto que Maria creó en el 2013 buscando abrir el mundo de la música a los niños sordomudos: The Muse Seek Project.

A Quenia del Rosario, directora de la extensión de La Romana — conocida como Hogar del Niño —  le llena de satisfacción la alegría con que sus estudiantes reciben este proyecto:

“Es tan grande que no se puede expresar. Quienes no tenemos trastornos auditivos no podemos definir o imaginar lo que sienten los niños cuando tienen oportunidad de conocer lugares que quizás ellos mismos con sus familiares no llegarían a conocer, o pueden experimentar nuevas sensaciones por medio del proyecto. Por ejemplo sentir la música y bailar con el SubPac —un novedoso dispositivo de alta tecnología que transfiere las vibraciones de la música al cuerpo — fue una experiencia inolvidable para cada uno de nuestros estudiantes y también para nosotras las profesoras”.

Annie, estudiante sorda de 8 años, asegura que lo que más le gusta de la escuela es la música, cuenta que para bailar tenía que mirar a una persona oyente e imitar su ritmo, pero ahora con las técnicas del proyecto puede finalmente sentir la música y bailar con sus ojos cerrados.

Desde entonces, The Muse Seek Project ha sido presentado como caso exitoso en el Laboratorio de Educación de la Universidad de Columbia, en el Laboratorio de Música de la Universidad de Nueva York (NYU), en el Instituto Politécnico Rensselaer, en el Instituto Tecnológico de Nueva Jersey, en el Festival Mundial Dolphinity celebrado en las Islas Canarias, eventos de Microsoft y más. Incluso el Ministro de Cultura dominicano, José Antonio Rodríguez, lo definió como “una revolución en educación”.



Pero no se queda ahí, entre los artistas y educadores célebres que han colaborado con esta artista apoyando su iniciativa se encuentran los miembros del grupo del reconocido violonchelista Yo Yo Ma, el bailarín principal del Ballet Real de Londres Steven McRae, el bailarín de Tap y TED Fellow Andrew Nemr, el profesor Richard Prum de Yale University, la magnífica compositora Pauline Oliveros, el fotógrafo Tom Conlin, el músico David Rothenberg, la investigadora de CAST Christina Bosch, la artista contemplativa Soraya Franco, entre otros.

La primera actividad de María y su Muse Seek Project fue junto a la Orquesta Sinfónica Nacional y el aclamado Maestro José Antonio Molina en la provincia de La Romana, donde se encuentra una de las 9 extensiones de la Escuela Nacional para Sordos en el país.

“Estoy muy feliz de formar parte de este hermoso proyecto que le ha brindado tantas oportunidades a nuestra comunidad de niños sordos. Entre sus logros están la integración del primer sordo en la Escuela de Diseño Altos de Chavón, y también el primero en colaborar con el Ballet Nacional Dominicano. Todo esto ha motivado en nuestros estudiantes una visión nueva de lo que ellos pueden lograr y alcanzar con esfuerzo”, cuenta Arileida Herrera Reinoso, una de las profesoras que ha colaborado con este proyecto desde sus inicios.

Pero en lugares como Samaná, provincia ubicada en el noroeste de la isla, aún no existen escuelas para niños sordos. Esto inspiró a María a llevar a cabo una iniciativa única en la cual jóvenes sordos locales —entre ellos Joel, quien no sabe lengua de señas, y sólo se comunica con sus expresiones faciales— pudieron sentir la música de las ballenas jorobadas en vivo por medio de la tecnología especial llamada SubPac. Para dicha aventura, Batlle invitó al compositor y músico estadounidense David Rothenberg, reconocido mundialmente por su extensa investigación sobre la relación entre el ser humano y la música de los animales.

“La República Dominicana es un país hermoso, lleno de sonidos impresionantes tanto humanos como de la naturaleza. He tocado música muchas veces con las ballenas, pero hacerlo con niños sordos fue toda una revelación”, cuenta Rothenberg sobre esta singular experiencia.

Esta actividad sin precedentes quedó plasmada en un documental original dirigido por la misma artista, con la fotografía de María Victoria Hernández y Víctor Cantisano. Un tesimonio visual inspirador que hace un llamado a la inclusión a través de la música no sólo en la República Dominicana, sino en todo el mundo.

La artista dominicana está agradecida de que la Escuela Nacional para Sordos y sus extensiones estén bajo la dirección de mujeres visionarias y trabajadoras que entienden su punto de vista, lo apoyan y lo nutren, entre ellas Xiomarita Menéndez,  Arileida Reinoso, Quenia del Rosario de La Romana, y Myrna Brugal y Jeannette Francisco de Santo Domingo.

“Siento infinita admiración y respeto por todas las profesoras y miembros del equipo, sobre todo por las madres de estos estudiantes triunfadores con quienes he tenido el honor de trabajar”, dice Batlle.

Para Regina Cancú, madre de Luis Alberto, uno de los estudiantes que participan en The Muse Seek Project, la experiencia ha sido trasformadora: “Él nunca estuvo motivado con la escuela, pero una vez comenzó el proyecto todo cambió. Él se dio cuenta que no era “discapacitado” sino que alguien tenía que animarlo a descubrir sus talentos. Siempre he sabido que si este proyecto no existiera, mi hijo no hubiera avanzado mucho en su vida, porque soy una madre soltera muy pobre y él es sordo. No ha sido fácil. Nunca he dudado de él, pero sentía que no se le presentarían oportunidades. Ahora me siento diferente. Muy diferente. Esto está cambiando nuestras vidas”.

A pesar de ir en buen camino, la artista dominicana Maria Batlle enfrenta un difícil dilema: en el caso de la Escuela Nacional para Sordos, solo una de sus diez escuelas ofrece acceso a bachillerato, mientras que las demás llegan hasta 6to, 7mo u 8vo grado, lo cual condena a la mayoría de los estudiantes sordos a no tener un futuro profesional.


Como en muchos otros países, en República Dominicana no existen libros escolares diseñados para estudiantes sordos, otra de las razones que desgasta a los profesores en su día a día.

Para cubrir ese lamentable vacío, en enero de 2016 la artista iniciará un revolucionario proyecto llamado “EN-SEÑA” que busca expander el vocabulario de la lengua de señas dominicana en la flora y fauna, folklore dominicano, educación sexual, música y arte contemporáneo a través de libros, seminarios y documentales para las escuelas.

Durante su performance, instalará un laboratorio de música y educación dentro de la escuela, en el cual artistas y educadores de todo el mundo podrán compartir su conocimiento con los estudiantes y los profesores de la República Dominicana.


Para Maria Batlle, artista autodidacta, polifacética, curiosa y valiente, no hay barreras que el arte y la música no puedan romper.